Escrito por Lidia Fagale, Para Tiempo Argentino
Entrevista a Aníbal Cedrón, procesado por calumnias e injurias
“Por un resquicio legal, me cercenan la libertad de opinión y expresión”
Publicado el 27 de Abril de 2011
Por Lidia Fagale Para Tiempo Argentino
El reconocido artista plástico envió un correo electrónico para polemizar con el ex presidente de la Asociación de Graduados del Colegio Nacional de Buenos Aires, Víctor Perrota. “No hay aceptación de la polémica”, se queja.
Desde su estética expresionista, Aníbal Cedrón sabe que sus trazos deben situar siempre a la realidad como el objetivo clave (y no sólo estético) de su arte. El pintor, el escritor, el periodista que se yuxtaponen en él tiene hoy nuevas urgencias que, lejos de sus proyectos liberadores, lo tienen hace ya más de dos años enredado en los perdurables laberintos de la justicia, de esa que aún conserva resabios de intolerancia y que suele confundir polémica con delito penal.
Aníbal Cedrón está procesado por calumnias e injurias, figura del Código Penal derogada en 2009. Cedrón ha interrumpido su labor artística y se sienta a dialogar con Tiempo Argentino para contarnos lo que él interpreta como una verdadera persecución “política, legal e ideológica” contra su persona desde hace ya más de dos años.
–¿Qué es lo que motivó la primera intimación judicial por calumnias e injurias?
–Fue por una respuesta que yo envié por correo electrónico al entonces presidente de la Asociación de Graduados del Colegio Nacional Buenos Aires, Víctor Perrota, en 2009. También lo hago a un número reducido de egresados, con la idea de polemizar sobre un artículo de su autoría, publicado en la revista de la asociación “La Campanita”. Yo respondí, como ex alumno, clase 1966, desde una visión crítica a las ideas que allí se expresaron. Lo peor es que este proceso amenaza con continuar porque, si se dictara sentencia por parte de la jueza, tendríamos que apelar el tratamiento por injurias de acuerdo a la ley que lo deroga. Y si la jueza aceptara nuestro entendimiento y aplicara la ley que despenaliza las declaraciones “de interés publico”, Perrota volvería a apelar y la Cámara, a su vez, debería argumentar. Y llega un momento en que no se sabe qué es lo que motivó la causa. Si bien perdió la primera parte de la insólita condena a la libertad de expresión, ha quedado flotando la existencia, según la justicia argentina, de las injurias. Por ello, la Sala V de la Cámara del Crimen ha confirmado que debe continuar el proceso al que Perrota me somete sin tiempo y a la angustia de un futuro escarmiento legal. Es evidente que no ha habido aceptación de la polémica y se ha elegido impedir el derecho a la libertad de opinión y de expresión por vía de un resquicio que deja la figura legal ya derogada. Esta situación posiblemente esté encriptada en una corriente de opinión que intenta perdurar en la Asociación de raíz conservadora, mitrista, cerrada a los cambios y aperturas que se fueron dando en el Colegio Nacional de Buenos Aires.
–¿De qué habla la nota del ex juez Víctor Perrota?
–En su artículo responde a las críticas que recibió la Asociación por su visita al Regimiento a Granaderos el 16 de septiembre de 2008, fecha que coincide con el golpe de Estado de 1955. Esta actividad despertó rispideces, puntualmente en algunos egresados de la clase 1974.
En su condición de director de la revista institucional La Campanita, Perrota editorializa su postura creyendo ver detrás de las críticas “una legión de enemigos interiores”. Ante estos desencuentros, dice que “nuestro lema Hermanos en el Aula y en la Vida” pareciera estar desdibujándose. Toma para fundamentar su opinión algunos párrafos del discurso de despedida de Jorge Washington (1796), y agrega, entre otras frases “de su prócer predilecto, el rural y esclavista de Virginia”, que “existen facciosos que intentan separar los lazos sagrados que nos unen más allá de la dolorosa historia reciente”.
Bajo el título “El Orgullo de Pertenecer no debería pasar de moda”, inicia su artículo con un texto en inglés de W. Shakespeare sin traducir y avanza en advertencias y exhortaciones a la unidad, que se retoman en otros artículos de la revista haciendo un paralelismo con el llamado a la unión de los argentinos, realizado por obispos argentinos, con la firma de Casaretto, entre otras opiniones y expresiones que luego yo critico irónicamente sugiriendo, entre otros conceptos que (…) el título del editorial que redacta como “presidente” esté en latín sin traducir, otra pasión idiomática legendaria que nutrió el pasado jesuita del colegio (…) Quizás esta observación resulte demasiado sutil para el Gran Hermano: pero, si bien ambos idiomas son llaves para el acceso al conocimiento, a la vez fueron y son por ello, el lenguaje de los poderosos (…).
Y aunque Perrota hable en su nota de que “cohesión no es sinónimo de pensamiento uniforme”, yo respondo que “parece intentar imponernos la conciencia del tilingo”.También califiqué de “patriotismo hueco” el destacado y tratamiento que le dan en la revista a la visita al Regimiento de Granaderos. Así como sostuve que de los contenidos de la revista surge “la prédica que la teoría de los demonios, aún posee en ciertos dirigentes sociales y políticos como el Señor Perrota (…).
–¿Considerás que te han cercenado el derecho a la libertad de expresión?
–Pude haber tenido palabras que pueden doler en mi respuesta, pero tengo derecho a polemizar. La Asociación no ha sabido valorar la libertad de opinión. Por eso en uno de los párrafos de mi frustrada polémica digo que (…) La Campanita, que reclama el orgullo de la pertenencia a la asociación produce el efecto contrario (…). Se puede ser de derecha y ser inteligente y útil –entre los de izquierda hay bastantes idiotas e inútiles–, pero ser gorila, y banales e inútiles, es lo peor que le puede pasar a la Asociación (…).
–A tu respuesta escrita le sumaste la ilustración de una gárgola…
–Como sabemos, el origen de las gárgolas se remonta a la Edad Media y está vinculada al auge de los bestiarios y los tormentos del infierno. Yo proponía, irónicamente, y a tono con “La Campanita”, (…) dotarla de una imagen Gárgola que sintetice la propuesta de hermandad de nuestro Gran Hermano presidente en la idea de exorcizar a la asociación del demonio que cree ver Perrota en la disociación de ex alumnos que, según el Gran Hermano, crece a las sombras de la dolorosa historia reciente, otro nombre eufemístico –que él avala en la nota– para la historia de la infamia, que involucra a ex alumnos, como integrantes del aparato del terror que se impuso en el colegio –desde 1964 hasta la última dictadura– y que culminó con el secuestro y desaparición de casi dos centenares de ex alumnos (…)
–Estás preparando una muestra…
–Estoy preparando una exposición centrada en la década de 1990 hasta la fecha, que se abrirá al público a mediados de año en el Museo Quinquela Martín y que lleva por nombre Argentina. Volver a vivir. Yo siempre digo que el ser humano tiene dos bienes, la vida y la libertad y yo me estoy ganando la cuarta edad y la máxima riqueza que es el tiempo, por ello me resulta paradójico este “volver a vivir”, que se niega a la polémica y que desconoce la libertad de expresión. Quiero agradecer a todos los legisladores de la Ciudad que me respaldaron y a todos mis colegas del arte que se pronunciaron contra esta acción penal.<