martes, 6 de septiembre de 2011

CONTINÚA MUESTRA DE ANÍBAL CEDRÓN EN EL QUINQUELA CON GRAN ÉXITO


Aspecto general de público en la inauguración del sábado 20 de agosto del 2011 en Salón Azul del Museo.



Hasta el 18 de septiembre
se extiende "Argentina, volver a vivir", muestra antológica de Aníbal Cedrón que expone en el Museo de Bellas Artes Quinquela Martín, Pedro de Mendoza 1835, La Boca, y que coincide con el 40 aniversario de la primera muestra individual del artista. Puede recorrerse de martes a domingos de 10,30 a 17,30 hs. También el artista ofrece visitas guiadas los sábados y domingos de 12 a 14 hs.

Fragmentos de prólogos que acompañan la muestra:

“Aníbal Cedrón es un artista excepcional. A través de la línea o de la pincelada, sus cuadros se transforman con la exactitud de un cirujano en la vibración del alma dolorida. Porque su obra es el eco del dolor frente al avasallamiento del hombre que simplemente protesta”.

Luis Felipe Noé.

“A parte, la gráfica de Aníbal Cedrón -tinta china, fotocopias modificadas, xilografías, monocopias- establece un capítulo que prolonga su talento”.

Carlos Gorriarena

“Allí donde el drama personal retrocede frente al drama mayor del hombre en la historia, allí se planta Aníbal Cedrón como artista. Aún en aquellas instancias donde la figura o el rostro se cargan de una poderosa individuación, él sabrá insuflarles siempre el signo universal”.

Eduardo Stupía

miércoles, 27 de abril de 2011

"Por un resquicio legal, me cercenan la libertad de expresión"



Escrito por Lidia Fagale, Para Tiempo Argentino
Entrevista a Aníbal Cedrón, procesado por calumnias e injurias
“Por un resquicio legal, me cercenan la libertad de opinión y expresión”
Publicado el 27 de Abril de 2011
Por Lidia Fagale Para Tiempo Argentino
El reconocido artista plástico envió un correo electrónico para polemizar con el ex presidente de la Asociación de Graduados del Colegio Nacional de Buenos Aires, Víctor Perrota. “No hay aceptación de la polémica”, se queja.

Desde su estética expresionista, Aníbal Cedrón sabe que sus trazos deben situar siempre a la realidad como el objetivo clave (y no sólo estético) de su arte. El pintor, el escritor, el periodista que se yuxtaponen en él tiene hoy nuevas urgencias que, lejos de sus proyectos liberadores, lo tienen hace ya más de dos años enredado en los perdurables laberintos de la justicia, de esa que aún conserva resabios de intolerancia y que suele confundir polémica con delito penal.
Aníbal Cedrón está procesado por calumnias e injurias, figura del Código Penal derogada en 2009. Cedrón ha interrumpido su labor artística y se sienta a dialogar con Tiempo Argentino para contarnos lo que él interpreta como una verdadera persecución “política, legal e ideológica” contra su persona desde hace ya más de dos años.

–¿Qué es lo que motivó la primera intimación judicial por calumnias e injurias?
–Fue por una respuesta que yo envié por correo electrónico al entonces presidente de la Asociación de Graduados del Colegio Nacional Buenos Aires, Víctor Perrota, en 2009. También lo hago a un número reducido de egresados, con la idea de polemizar sobre un artículo de su autoría, publicado en la revista de la asociación “La Campanita”. Yo respondí, como ex alumno, clase 1966, desde una visión crítica a las ideas que allí se expresaron. Lo peor es que este proceso amenaza con continuar porque, si se dictara sentencia por parte de la jueza, tendríamos que apelar el tratamiento por injurias de acuerdo a la ley que lo deroga. Y si la jueza aceptara nuestro entendimiento y aplicara la ley que despenaliza las declaraciones “de interés publico”, Perrota volvería a apelar y la Cámara, a su vez, debería argumentar. Y llega un momento en que no se sabe qué es lo que motivó la causa. Si bien perdió la primera parte de la insólita condena a la libertad de expresión, ha quedado flotando la existencia, según la justicia argentina, de las injurias. Por ello, la Sala V de la Cámara del Crimen ha confirmado que debe continuar el proceso al que Perrota me somete sin tiempo y a la angustia de un futuro escarmiento legal. Es evidente que no ha habido aceptación de la polémica y se ha elegido impedir el derecho a la libertad de opinión y de expresión por vía de un resquicio que deja la figura legal ya derogada. Esta situación posiblemente esté encriptada en una corriente de opinión que intenta perdurar en la Asociación de raíz conservadora, mitrista, cerrada a los cambios y aperturas que se fueron dando en el Colegio Nacional de Buenos Aires.
–¿De qué habla la nota del ex juez Víctor Perrota?
–En su artículo responde a las críticas que recibió la Asociación por su visita al Regimiento a Granaderos el 16 de septiembre de 2008, fecha que coincide con el golpe de Estado de 1955. Esta actividad despertó rispideces, puntualmente en algunos egresados de la clase 1974.

En su condición de director de la revista institucional La Campanita, Perrota editorializa su postura creyendo ver detrás de las críticas “una legión de enemigos interiores”. Ante estos desencuentros, dice que “nuestro lema Hermanos en el Aula y en la Vida” pareciera estar desdibujándose. Toma para fundamentar su opinión algunos párrafos del discurso de despedida de Jorge Washington (1796), y agrega, entre otras frases “de su prócer predilecto, el rural y esclavista de Virginia”, que “existen facciosos que intentan separar los lazos sagrados que nos unen más allá de la dolorosa historia reciente”.
Bajo el título “El Orgullo de Pertenecer no debería pasar de moda”, inicia su artículo con un texto en inglés de W. Shakespeare sin traducir y avanza en advertencias y exhortaciones a la unidad, que se retoman en otros artículos de la revista haciendo un paralelismo con el llamado a la unión de los argentinos, realizado por obispos argentinos, con la firma de Casaretto, entre otras opiniones y expresiones que luego yo critico irónicamente sugiriendo, entre otros conceptos que (…) el título del editorial que redacta como “presidente” esté en latín sin traducir, otra pasión idiomática legendaria que nutrió el pasado jesuita del colegio (…) Quizás esta observación resulte demasiado sutil para el Gran Hermano: pero, si bien ambos idiomas son llaves para el acceso al conocimiento, a la vez fueron y son por ello, el lenguaje de los poderosos (…).
Y aunque Perrota hable en su nota de que “cohesión no es sinónimo de pensamiento uniforme”, yo respondo que “parece intentar imponernos la conciencia del tilingo”.También califiqué de “patriotismo hueco” el destacado y tratamiento que le dan en la revista a la visita al Regimiento de Granaderos. Así como sostuve que de los contenidos de la revista surge “la prédica que la teoría de los demonios, aún posee en ciertos dirigentes sociales y políticos como el Señor Perrota (…).

–¿Considerás que te han cercenado el derecho a la libertad de expresión?
–Pude haber tenido palabras que pueden doler en mi respuesta, pero tengo derecho a polemizar. La Asociación no ha sabido valorar la libertad de opinión. Por eso en uno de los párrafos de mi frustrada polémica digo que (…) La Campanita, que reclama el orgullo de la pertenencia a la asociación produce el efecto contrario (…). Se puede ser de derecha y ser inteligente y útil –entre los de izquierda hay bastantes idiotas e inútiles–, pero ser gorila, y banales e inútiles, es lo peor que le puede pasar a la Asociación (…).
–A tu respuesta escrita le sumaste la ilustración de una gárgola…
–Como sabemos, el origen de las gárgolas se remonta a la Edad Media y está vinculada al auge de los bestiarios y los tormentos del infierno. Yo proponía, irónicamente, y a tono con “La Campanita”, (…) dotarla de una imagen Gárgola que sintetice la propuesta de hermandad de nuestro Gran Hermano presidente en la idea de exorcizar a la asociación del demonio que cree ver Perrota en la disociación de ex alumnos que, según el Gran Hermano, crece a las sombras de la dolorosa historia reciente, otro nombre eufemístico –que él avala en la nota– para la historia de la infamia, que involucra a ex alumnos, como integrantes del aparato del terror que se impuso en el colegio –desde 1964 hasta la última dictadura– y que culminó con el secuestro y desaparición de casi dos centenares de ex alumnos (…)
–Estás preparando una muestra…
–Estoy preparando una exposición centrada en la década de 1990 hasta la fecha, que se abrirá al público a mediados de año en el Museo Quinquela Martín y que lleva por nombre Argentina. Volver a vivir. Yo siempre digo que el ser humano tiene dos bienes, la vida y la libertad y yo me estoy ganando la cuarta edad y la máxima riqueza que es el tiempo, por ello me resulta paradójico este “volver a vivir”, que se niega a la polémica y que desconoce la libertad de expresión. Quiero agradecer a todos los legisladores de la Ciudad que me respaldaron y a todos mis colegas del arte que se pronunciaron contra esta acción penal.<

jueves, 30 de diciembre de 2010

PÁjARO DE BUENOS DESEOS PARA EL 2011

FELIZ AÑO 2011: PATRIA Y AMIGOS.

Siento que este año del Bicentenario que concluye, hemos vivido días que conmovieron al país. Hay una resurrección social y nacional y se ha recuperado la política y la militancia, que me devuelven a mi juventud en los setenta, y me permiten también renacer en una suerte de vejentud ,en la cuál puedo sentir que cada yo somos nosotros. Por eso deseo para todos mis compañeros y amigos que el año 2011 sea el año de rearfirmar como futuro lo ganado e ir por más: que el hoy sea un futuro de liberación social y de profundización de la democracia política, en lo económico y cultural.

Además quiero adelantarles que justamente el año 2011, desde el 20 de agosto al 18 de septiembre, realizaré una retrospectiva en el Museo de Bellas Artes, Quinquela Martín, con motivo de cumplir 40 años de mi primera exposición individual. ¿Y saben como la voy a titular?: Argentina, volver a vivir.



Un abrazo, Aníbal

sábado, 28 de noviembre de 2009

Estrella con Aníbal Cedrón.





Algunas reflexiones provocadas por la charla entre Miguel Ángel Estrella con Aníbal Cedrón, sobre “Música y Pintura (Imagen y Poética)” en el ciclo El Malestar en el Arte, miércoles 11 de noviembre del 2009, en el Centro Cultural Caras y Caretas.

Imagen y poética.

Según la Real Academia Española, imagen es “la representación viva y eficaz de una intuición o visión poética por medio del lenguaje”. Podría añadirse que la imagen es el producto básico de todo lenguaje artístico y poético, y que se basa en la capacidad humana de emocionarse. La noción de lo qué es imagen resulta trascendente en todas las esferas culturales, cuando se impone universalmente una suerte de barbarización cultural, que genera la destrucción de saberes, conocimientos, y aún más temible, provoca el vaciamiento emocional, y la alienación del pensar, del sentir e imaginar. Por eso la crisis de la imagen es el tema del ciclo de charlas que se desarrolla en el Centro Cultural Caras y Caretas, y que en el último encuentro del 11 de noviembre, tuvo como invitado al eximio pianista Miguel Ángel Estrella, para tratar sobre los paralelismos entre música y pintura, no tanto en cuanto a analogías compositivas –que las hay muchas- sino a imágenes y poética inspiradoras.
Así Estrella contó cómo vincula a imágenes y sensaciones, las 25 variaciones sobre un tema de Joseph Haydn. Cada una de las variaciones tiene un nombre (Moderato - Cadenza II. Adagio-Cadenza), pero él las asocia a “lo que considero esencial de una persona, por ejemplo: si hay una que expresa ternura se quién es, una mujer de mi entorno que conocí o energía que generalmente asocio a personajes masculinos”.
También el extraordinario pianista transmitió sobre las reacciones que provoca en públicos de países y continentes tan diversos, y que además frecuentemente como parte de la labor social que desarrolla la Fundación Música Esperanza, son públicos de zonas muy desprotegidas. Por una parte es altamente revelador a cerca de que no hay arte con acceso vedado sólo a élites; por otra, de que la música llamada “culta” penetra paradójicamente en el alma de esos públicos alejados de los grandes centros de consumo cultural, que imponen los gustos culturales. Esto ocurre con conciertos en Cochabamba o en Gaza, con temas que pueden abarcar de músicos argentinos contemporáneos o de Beethoven, desde sus sonatas rápidas a como su “Sonata Fúnebre” [.
Para enlazar con el tema propuesto, Estrella sugestivamente habló sobre la imagen que le motivaban las obras para piano de Claude Debussy (1862-1918). Tendría unos 22 años cuando para un concierto en una residencia de Villa Devoto, eligió tocar música de Debussy. Esa resultó ser la primera imagen que tuvo relacionada con el compositor francés y los impresionistas, había un gran jardín que se veía a través de una cortina que velaba ese paisaje y hasta hoy cuando toca Debussy, siempre lo toca con los ojos cerrados para ver ese jardín, detrás de aquella. Es que justamente el impresionismo musical, encabezado por Debussy, asociaba sus composiciones a las experiencias visuales como paisajes, influido por los pintores impresionistas franceses, pero también por la poesía de Paul Verlaine, Charles Baudelaire y Stéphane Mallarmé. Una auténtica interacción creativa de realimentación de imágenes entre las artes.

sábado, 17 de octubre de 2009

SURVERSIÓN
Es un término que cree yo en 1999, cuando fui fundador y coordinador del Departamento, que bauticé como de:Ideas Visuales, en el Centro Cultural de la Cooperación, Corrientes 1543, Buenos Aires, Argentina. Después "solidariamente" fue copiado por un blog latinoamericano, como título, pese a que tenía registro de autor.
Aníbal Cedrón.

FORMAS TORTURADAS, Revista Ñ, Clarín, 04 de Diciembre de 2004 /Alberto Giudici



04 de Diciembre de 2004
Revista Ñ / Alberto Giudici
Formas torturadas
Q
uiérase o no, el hombre no es otra cosa que su memoria. Parado sobre el filo del espacio presente, el tiempo convencional, lo condena a convertir en recuerdo cada uno de sus fugaces segundos vividos. Cuando desaparece, se extingue con él su reminiscencia, y esa es la muerte.La clarividencia del artista consiste en detener las imágenes que día a día pueblan su existencia fabricándose un simulacro de inmortalidad, de la que tampoco tendrá conciencia. Morirá con la ilusión –sólo con ella- de que sus signos, si son válidos, vuelvan a trascender sucesivamente en la imaginación de los hombres futuros. Lo efímero en el arte y en todas las cosas, consiste en eso, ya que nada existe si no hay quien lo contenga en su recuerdo. Reflexionaba Pirandello ante la muerte del ser amado: “Tu vives porque yo te recuerdo, yo he muerto porque ya no me puedes pensar”.
Aníbal Cedrón pertenece a la generación que el poder trató de borrar del suelo de la Patria. Las dictaduras militares pretendieron un país descerebrado o lobotomizado para usufructo del capitalismo neo liberal, y estuvieron a punto de conseguirlo. Cedrón es un sobreviviente de esas luchas y por tanto asumió el insoslayable compromiso del ejercicio de la memoria. Por eso su obra nace desgarrada, recorriendo y resumiendo la tragedia de “la Nación inconclusa” –como denominó una de sus series- avasallada por enemigos internos y externos.
En “Humanidad acosada”, recreación de un trabajo de Carlos Alonso –otro gran testigo- deja expresada esa
hermandad de contenidos entre creadores para los que, dar fe de la realidad es el objetivo obligado del arte, sobre todo cuando se lo ha abrazado desde una concepción humanista y una estética expresionista, valores excluyentes de los divertimentos teórico-técnicos o de las especulaciones conceptuales.
Nacido en Santa Cruz en 1948, Cedrón sabe de extensas soledades, de vientos ásperos que aún arrastran los ecos fantasmales de las rebeliones patagónicas y los estampidos de los fusilamientos de los peones alzados contra la injusticia. Sabe del exterminio de los indios, a los que los asesinos, luego de degollarlos, les cortaban las orejas como muestra de cumplimiento eficaz para recibir la paga, que en la cercana Chubut, el señor Menéndez Betty concedía a los cómplices que se prestaban a la apropiación “civilizadora” de las tierras. Mucho antes Magallanes había jalonado de sangre y horror su rapiña, en cada una de las postas realizadas en búsqueda del Pacífico. Cedrón es hijo de esas comarcas del fin del mundo y de esas historias del horror transmitidas de boca en boca y desde una azarosa sobrevivencia.
El conocimiento de esos hechos del pasado signaron su infancia y le dejaron una indeleble impronta en la conciencia determinando el camino testimonial que eligió para su vida creadora. La historia cercana y el presente inmediato no diferían mucho de esa secuencia anterior de ignominias, de luchas y causas perdidas; tampoco se diferenciaban los roles de víctimas y victimarios.
De este modo pasado y presente fueron confluyendo en sus pinturas y dibujos con la misma intensidad, clamando por una sociedad más justa y un mejor destino para el hombre.
El carácter patético de su mensaje vuelve a resaltar en su serie “Presencia de lo ausente”, en obras como “El grito”, “La derrota”, “La destrucción del héroe”, “Fusilado”.
Ante estas imágenes, María Seoane se pregunta –y a su vez ensaya una respuesta- en el catálogo de la muestra que se exhibió el pasado año en el Centro Cultural Recoleta: “¿Qué nos dice Cedrón, qué con su arte? ¿Acaso también busca, como Diógenes con su linterna, la esperanza más incandescente? ¿El tallado en la piedra de la memoria nuestra, la más estruendosa plegaria para la paz sin olvido, para la piedad sin contrapartida, para el amor que redima, para la justicia que nos dignifique? ¿Qué nos dice el artista, qué?”Esta fue la vida infeliz que tuvimos. Esta es la vida que queremos cambiar.Precisamente esa necesidad de cambiar las cosas hizo que siendo muy joven, en 1964, radicado ya en la Capital y estudiando en el Colegio Nacional Buenos Aires, comenzara su actividad como dirigente estudiantil, por la que fue sancionado y más tarde, durante la resistencia contra la dictadura de Onganía, también fuera expulsado de las Facultades de Arquitectura y Filosofía y Letras. Desde4 entonces, su participación en el ámbito social y política fue constante e intensa y permanente su adhesión en todos los conflictos que abarcan las luchas reivindicativas de sus compañeros.La obra de Aníbal Cedrón se entiende con mayor claridad cuando se constata su actitud beligerante ante las diversas instancias existenciales que le ha tocado decidir. Se dijera, por ello, que a la hora de pintar o dibujar, se planta a dar pelea a la situación esbozada en la tela o el papel. Lo que crea y denuncia y en su capacidad transformadora.La breve disquisición que sobre la memoria hicimos en el acápite de esta nota, surgió precisamente, de esa voluntad expresada por Aníbal Cedrón de oponerse al vaciamiento sistemático de la conciencia, instrumentado por el imperio para asegurar su dominio.
No hay tiempo que perder, nos dice Cedrón con la memoria trémula, desde ese espejo de la realidad que son sus dibujos y pinturas. No es hora de pasatiempos y banalidades cuando la exclusión económica condena a una muerte infame a media humanidad, cuando además, el concepto engañoso de lo global pretende suplantar el sentido sempiterno de la universalidad del hombre.